Exiliado periodista Manuel de Val

Manuel de Val Muñiz

Con 17 años, cuando aún estaba estudiando, Manuel de Val comenzó a colaborar en la prensa santanderina, La Región, fue el primero. Poco después lo haría en El Sol, de Madrid, en el que sorprendería su juventud.

Ocupó diversos cargos en la directiva del Ateneo Popular y realizó una importante labor de divulgación de las actividades del mismo, tanto en la prensa local como en la nacional.

De Santander tuvo que marchar a Asturias cuando llegaron las tropas franquistas a la capital de Cantabria y desde Gijón al exilio. En Francia pasaría por varios campos de concentración y compañías de trabajadores.

Establecido en Venezuela, fue Jefe de Prensa y Publicaciones del Instituto Agrario Naional y uno de los fundadores del Movimiento Libertad para España.

En los meses de guerra que pasó en Cantabria publicó un libro, Retablo de guerra, y en Venezuela otro, Hombre, paisaje y fábula. Ambos son recopilaciones de artículos o capítulos de nueva creación dedicados a Santander, España, autores literarios y artistas plásticos.
Falleció en Caracas en enero de 1975, unos meses antes que el dictador que lo había exiliado de España.

Exiliado arquitecto Deogracias Mariano Lastra

Fotografía de Deogracias Mariano Lastra López facilitada por su nieto Domingo

Deogracias Mariano Lastra López

Descendiente de una familia de canteros, obtuvo el título en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1918 y comenzó a trabajar con el arquitecto Eloy Martínez del Valle, con el que colaboraría en proyectos de estilo regionalista. Posteriormente, ya en solitario evolucionó hacia el racionalismo que aparece en el Edificio de Viviendas de la Plaza del Reenganche (1928), en la Casa Cué (1930) y en el Ateneo Popular (1935).
En agosto de 1937 marchó al exilio con su familia, del que volvería unos años después.
Fue perseguido por el franquismo por ser republicano, político activo en el ayuntamiento de Santander y presidente del Ateneo Popular.
Todos ellos, como es obvio, delitos de máxima gravedad.

Por el exilio republicano

Se ha escrito y hablado mucho sobre las consecuencias para la cultura española que tuvo el triunfo de los golpistas en 1939 (triunfo que al parecer se renueva constantemente en un país que no es capaz de hacer cumplir la Ley de Memoria Histórica), sin embargo, en Cantabria se ha visto poco, dada la persistente insistencia de la universidad local en no abordar en serio y de manera científica una cuestión tan grave como es el periodo de la guerra y sus consecuencias (explicado, parece ser, en la respuesta de la profesora María Ángeles Barrio a mi interpelación durante la presentación del libro La nueve, de Evelyn Mesquida).
Todas las excepciones a ese olvido han partido desde fuera de la Universidad de Cantabria, así que he decidido unir esta bitácora a la lista de medios activos en ese afán.

Esta semana la sección pedagógica de mi biblioteca se ha visto incrementada con dos nuevos volúmenes. En este caso se trata de obras de dos amigos, uno de ellos de la infancia, el otro de tiempos muy recientes, pero igualmente interesante.

Ambos se han dedicado profesionalmenten a la enseñanza y han hecho de la docencia su pasión. La prueba más inmediata son estos libros, que han aparecido con escasa diferencia de tiempo, en ellos se estudian dos temas muy diferentes.

Ángel Llano, en Las maestras de nuestros pueblos repasa el papel fundamental que han jugado las maestras rurales en el desarrollo pedagógico de Cantabria a lo largo de más de doscientos años.

Por su parte, Juan González Ruiz, nos invita en Viaje apasionado por las escuelas de Cantabria a recorrer los valles de esta tierra visitanto las edificiaciones que cumplen o han cumplido un papel importante en el desarrollo de los pueblos.

En la obra de Ángel aparece Soledad Cáraves, la maestra ya citada en esta bitácora. Entre las muchas imágenes que aparecen en el libro de Juan, se encuentra el centro, ya desaparecido, en el que Ángel y yo acudimos a clase en nuestra infancia.

El boletín CULTURA

La recuperación del recuerdo del Ateneo Popular comienza a tomar cuerpo. Un vez reunida en Cantabria toda la colección del boletín Cultura de Antonio Mediavilla y antes de ubicarla en un destino definitivo que lo ponga al alcance de los interesados, dentro de poco comenzarán los trabajos de edición facsimilar de la misma.
Dado que se trata de una publicación que cuenta con dos formatos diferentes y de muy diferente tamaño, se pretende realizar una carpeta que contenga plegados los ejemplares mayores.
De todas maneras, hoy por hoy se busca la forma de lograr la financiación necesaria para sacar adelante la publicación.
Esperemos solventar este último obstáculo y lograr recuperar definitivamente el boletín del Ateneo Popular del cual sólo queda, que sepamos, esta colección.