Ya está CULTURA en la Biblioteca Nacional

www.bne.es

www.escritorescantabros.com

El pasado jueves, en representación de Antonio Mediavilla Velo, hijo del conserje del Ateneo Popular y propietario de la colección, ha sido donado a la Biblioteca Nacional el boletín Cultura, del Ateneo Popular de Santander. Allí le fueron entregados a Yolanda Ruiz Esteban, directora del Departamento de Adquisiciones e Incremento del Patrimonio y a Lourdes San Juan, jefa del servicio de Donativo y Canje de la biblioteca.

Antonio Mediavilla Velo, que acaba de cumplir 92 años de edad y sigue manteniendo una incansable actividad creadora, es uno de los adolescentes que fundaron el boletín en 1935.

Después de la Guerra Civil se exilió en México, donde ha conservado una colección completa de Cultura, salvo un par de números que había regalado a Gonzalo Bedia, pero pidió a sus herederos el favor de reunir la colección completa con el fin de que se pudiera hacer cargo de ella una institución.

Hacerlo en la Biblioteca Nacional es una decisión que ha sido precedida de valorar varias cuestiones, entre las que no entran la capacidad de los bibliotecarios que trabajan en Cantabria por estar fuera de toda duda. Pero es opinión de Antonio Mediavilla que al tratarse de una colección única debe estar en la principal institución del Estado.

CULTURA a la Biblioteca Nacional

Se dan los primeros pasos en el camino hacia la donación del boletín CULTURA a la Biblioteca Nacional.

Tras la cesión de una copia digital este verano, que en los próximos meses se podrá consultar desde la red, una representación del propietario de la colección CULTURA han realizado las gestiones necesarias para que la colección completa original pase a engrosar los fondos de la Hemeroteca Nacional.

Avances en la publicación de la Historia del Ateneo Popular de Santander

El texto de la historia del Ateneo Popular ya está en manos del autor del prólogo. 

Comienza ahora la selección de imágenes que serán publicadas. 

Hay algunas que proceden del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS). 

Otras forman parte de la colección que ha formado el autor a lo largo de los años. 

Antiguos socios del ateneo han facilitado las que forman parte de sus recuerdos familiares.

Un cuarto grupo fueron publicadas en periódicos y revistas que actualmente se encuentran en la Hemeroteca Municipal de Santander.

Queda saber si entre los que se asoman a esta bitácora puede haber alguna de la que todavía no hay noticia. En ese caso es el momento de darla a conocer.

Salud y República

¡Una buena noticia!... del Ateneo Popular

En el ámbito en el que todos estamos pensando las cosas siguen igual de mal, o eso espero, porque la alternativa es para echar a correr.

En fin, que la Biblioteca Nacional ha recibido ya la copia digital del boletín CULTURA y en cuestión de unas semanas se podrá consultar a través de la red. Eso es así porque el propietario de la colección Antonio Mediavilla Velo la ha cedido a dicha Biblioteca. Más adelante se tramitará la cesión de la colección original y espero que en Cantabria podamos hacer una edición facsímil

Unos años antes

Si la semana pasada nos acercábamos a un Ateneo Popular que funcionó muchos años después del que es causa de la existencia de esta bitácora, hoy vamos a "retratar" la primera directiva en la historia de los ateneos populares en Santander, la que constituyó la Asociación Ateneo Popular en 1910. En ella aparecen algunos nombres que han pasado a la historia de Cantabria o de España.

El presidente era el biólogo y catedrático José Rioja Martín, segundo director de la Estación de Biología Marítima de Santander, puesto que ocupaba desde 1904, cuando falleció su fundador, Augusto González de Linares.

La vicepresidencia era el cargo que ocupaba el republicano Florencio Arce.

Como secretario el Director de la Escuela de Artes y Oficios, Isidoro Vergara Zubiri.

El vicesecretario era Antonio Cubas, quizá el mismo que sería años después secretario del Ateneo Cultural de Cueto.

El farmacéutico y futuro alcalde de Santander, Ernesto del Castillo Bordenave, se hizo cargo de la tesorería de la nueva asociación.

El contador era José del Río Sáinz, marino, periodista y poeta.

Y cerraba la lista de miembros de la directiva el único vocal, el doctor Javier de Hoyos Marforí.

Un avance

Recientemente he tenido noticia de la existencia de un tercer Ateneo Popular en Santander. Se trata del Ateneo Popular del Partido Comunista que existió al final de la década de los 70. No creo que tuviera entidad como tal, pero realizaba algunas actividades y lo hacía en la sede que tenía entonces el PC, en la calle Alcázar de Toledo, 14, precisamente el mismo edificio en el que antes de la guerra, cuando la calle se llamaba Primero de Mayo, estaba el Centro Obrero y el Ateneo Obrero.

Unas primas

En otras entradas han aparecido miembros de familias que tuvieron relación con el Ateneo Popular, los hermanos Bedia y los Mediavilla Velo. Hoy le toca el turno a las primas González: Prudencia González Martínez y sus primas Prudencia y Julia Inche González.

Las tres primas pasaron por las aulas del Ateneo y las tres sacaron muy buenas notas en sus asignaturas. Las hermanas Inche en Ampliación de Estudios y su prima (junto a ellas con vestido estampado), que había estudiado taquigrafía en Francia, llegó a Santander al final de 1934 y descubrió la Taquigrafía Española de Luis Montes de Neira, un nuevo sistema que aprendió en las clases del Ateneo Popular.

En el asiento aparece el abuelo Fernando González Sordo rodeado de otros dos nietos: Alberto y María Dolores.

La foto y la información se la debo a Françoise Guillou, hija de Prudencia González.

El fútbol en una junta directiva

El día 16 de febrero de 1928 se eligió una nueva junta directiva presidida por el arquitecto Deogracias Mariano Lastra López.
Entre los miembros de la misma había al menos dos que eran aficionados al fútbol y que hicieron de esa afición el motor para desarrollar nuevas ideas.
El vicesecretario, Serapio González Pis, registró en 1954 la patente de un "Juego de fútbol para chutar desde el área de penalty", del que nada he podido saber. Su autor ya había dado muestras de su creatividad a través de los cuentos que había publicado en la prensa local de antes de la guerra.
Por su parte, el contable Francisco Peral, nuevo contador del ateneo, aunque anteriormente había ocupado otros cargos e impartido clases, tuvo presencia en la prensa nacional cuando la revista Estampa le dedicó un reportaje en el que Peral explicaba cómo funcionaba el sistema de quinielas (palabra dada por los cinco partidos de que entonces constaba la liga) que había organizado en la taberna "La callealtera". Sistema que hoy está considerado el precedente de las quinielas actuales.

Peral procediendo al escrutinio en "La callealtera"

¿Era la puerta de Alcalá?

...
ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
...

Pero...
¿no se había ido? 

Sidonio Pintado

Traigo en esta ocasión al blog del Ateneo Popular de Santander una historia emocionante. La de una persona que no tuvo relación directa con este Ateneo, pero que desde su colaboración semanal en el periódico madrileño La Libertad llevó a sus páginas cuestiones relacionadas con Cantabria y, entre ellas, del Ateneo Popular.

Sidonio Pintado era Maestro Nacional, natural de la localidad vallisoletana de Villanubla, paisano por tanto de Jesús Revaque, aunque diez años mayor. Tuvo además en común con Revaque que el ejercicio de su profesión le trajo a esta provincia, aunque en el caso de Pintado durante poco tiempo, y que a lo largo de su vida desarrolló un compromiso con la pedagogía de los que marcan. En su caso, como en el de otros, además de marcarle sirvió de escusa a los sicarios del fascismo español para asesinarlo.

Su principal "culpa" defender una educación laica, no católica, por lo que parece que habría discrepado con el actual obispo de Granada que considera a la asignatura Educación para la ciudadanía "adoctrinante" ¿?

Es poco lo que aún sé de Sidonio Pintado, pero creo que se merece el homenaje de este blog y que los que lo lean sepan de otra familia que ha pasado por la travesía de un "silencio" que sólo hace pocos años ha recuperado para su familia y unos cuantos interesados la verdad de una vida.

Sidonio Pintado fue maestro y por eso lo asesinaron.

Más información sobre Sidonio Pintado Arroyo se puede encontrar en los siguientes enlaces:

   Foro por la memoria                   Blog de Toño del Barrio


y para descargar PDF's:    

   Revista de Educación           Historia de la Educación                    

Cierre de la librería San Quintín

Como colofón a un año problemático (al menos) llegó en el mes de diciembre la noticia del cierre de la librería San Quintín, de Rodolfo Plana. Al parecer una de las razones ha sido el estado del edificio en que se encontraba, la foto demuestra que no era precisamente espléndido, pero si se aumenta la imagen se puede comprobar que lo más triste es el actual vacio del escaparate y las estanterías.

La inauguró en 1988 en la calle San Luis y desde entonces ha surtido de viejos y buenos libros a los amantes de la literatura, la historia o las humanidades en general. No han faltado en sus estanterías obras de ciencia y técnica, pero como comenta en la entrevista que publicó El Diario Montañés, su pasión por la buena literatura le llevó a llenar con ella las baldas y a pasar muchas horas de lectura mientras atendía a cuantos entraban en el pequeño local.

Se pierde así el único lugar de Santander dedicado exclusivamente al libro viejo. No es el primero que lo hace, en los noventa, si no me equivoco, cerró Popol-Vuh, en la calle San Celedonio, una zona, por cierto, que ha pasado de estar bastante degradada a convertirse en uno de los focos culturales de la ciudad a través de las actividades que realiza la asociación Sol Cultural en la calle del Sol, donde precisamente se encuentra la única librería de viejo que nos queda, Roales,que no se dedica sólo a la letra impresa porque los intereses de su propietario son muy diversos.

Volviendo a la decisión de Rodolfo Plana, espero que sea un bache en el ánimo y pronto recupere, de algún modo, una actividad a la que estaba destinado por naturaleza y que proporcionaba gratos momentos a los que nos acercábamos por allí.

Un común amigo, el doctor sevillano-cántabro Manuel de la Sierra, me comentaba la sorpresa que le supuso enterarse del cierre de un rincón de la geografía urbana que era referencia obligada para muchos escritores y bibliófilos.

Con el cierre de San Quintín no sólo se pierde una librería, se clausura un refugio y en ocasiones una caja de sorpresas.

Falleció el doctor Guerra Pérez-Carral

Fotografía de Pablo Linés Vinuelles, tomada del libro  

Una biblioteca ejemplar. Tesoros de la colección Francisco Guerra en la Biblioteca Complutense. 

Cantabria tierra agradecida a sus mejores hombres y mujeres, como manda la tradición, es capaz, como lo acaba de demostrar, de ignorar tranquilamente la desaparición de alguien como el doctor en varias disciplinas académicas Francisco Guerra Pérez-Carral, fallecido en Madrid el pasado día 25 de noviembre.

A pesar de ser Hijo Predilecto de Torrelavega, ni en aquella localidad, de la que su actual alcalde es también médico, ni en ningún otro ámbito o foro ha habido un sólo dirigente político que haya hecho mención a él (y mira que he dejado pasar tiempo). Sólo algunos blogs o páginas webs de autor han recordado su figura.

En prensa escrita apareció una necrológica de Juan G. Bedoya en El País, pero en Cantabria ni una palabra y en concreto en El Diario montañés se han negado a publicar un breve texto que envié. Probablemente su pecado fuera ser republicano y no renunciar a ello durante toda su vida.

Con razón legó su biblioteca a la Universidad Complutense. Una biblioteca que es, quizá, la más extraordinaria que haya formado en el siglo XX ningún cántaro.

Esta y no otra es la realidad de la cultura en Cantabria, por muchos millones que se lleven fundaciones y proyectos.

En los años que el doctor Guerra ejerció la docencia en la Universidad de Cantabria dejó una huella que se pudo comprobar hace unos años, cuando, con motivo del 75 aniversario del Hospital de Valdecilla, dio una conferencia a la que asistieron numerosos antiguos alumnos. Uno de ellos, mi hermano Jaime, comentó en cierta ocasión: Un profesor excelente, estimulante y nunca del todo satisfecho con lo que se le entregaba; yo no sé las veces que me hizo repetir dos trabajos, uno de Medicina Precolombina, y otro de Medicina del Barroco: ¡si hasta hoy lo recuerdo todavía!  Me enseñó mucho, no sólo Historia de la Medicina.