lunes, 1 de marzo de 2010

Una anécdota

En 2006 Mario Crespo publicó la historia del Ateneo de Santander que le había encargado la propia institución y que luego no quiso publicar, lo que acabó haciendo el Centro de Estudios Montañeses. Pues bien, en la página 22 cuenta una anécdota que es una de las pocas referencias al Ateneo Popular que se conservan en su archivo y que expongo yo aquí, con mis palabras.
En 1949, cuando se tenía la esperanza de que en la reconstrucción de Santander tuviera cabida un edificio propio para el Ateneo de Santander, la Junta General acordó dirigirse a varias instituciones con el fin de recaudar dinero suficiente para poder llevar a cabo la construcción. Se ve que la necesidad afila las mentes y la petición que dirigieron a la Delegación Nacional de Sindicatos exponía como argumento "en el que se proyecta, se quiere, en cierto modo, suplir la falta del Ateneo Popular que, con éxito indudable, aunque con tendencias erróneas en algún momento, funcionó en Santander hasta el año 1936".
Extraña justificación cuando todavía se estaba persiguiendo a alguno de los más importantes socios del Ateneo Popular. No tendría nada de raro que estas palabras fueran la razón por la que se negó la subvención y el Ateneo de Santander siga viviendo de prestado hasta hoy.

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