La construcción del edificio del Ateneo Popular fue labor de muchos, de los socios que con sus propias aportaciones y la venta de bonos consiguieron el dinero suficiente para adquirir el terreno y comenzar las obras; de la antigua propietaria del terreno, que aceptó como parte del pago una cantidad importante de bonos del propio Ateneo Popular; de los actores aficionados y profesionales, que contribuyeron con sus representaciones teatrales a lograr mayores ingresos, y de Deogracias Mariano Lastra como arquitecto, que supo situar un edificio racionalista junto al neoclásico de la iglesia de Santa Lucía logrando una revalorización estética del entorno.
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