Durante años intenté seguir algún rastro suyo, pero no había forma, después de la Guerra Civil no encontraba nada. Sin embargo, el destino no quería que el libro con la historia del Ateneo Popular se publicara sin más datos del joven poeta al que todo el mundo alababa, y una mañana recibí la llamada de su hijo Guillermo, interesado él, a su vez, en saber cosas del Ateneo Popular. A ese primer contacto siguieron otros y una visita a su domicilio. El resultado es que tanto con Guillermo como con su hermana Amaya hemos contactado algunos investigadores y la vida de Apolo Barrio Gancedo, poco a poco va saliendo a la luz.
De momento ya aparece en el libro del Ateneo Popular y en el trabajo de José Manuel Puente, El Guardián de la Revolución. Historia del Partido Comunista en Cantabria (1921-1937).
Apolo Barrio Gancedo (Santander, 13/6/1907-31/3/1961)
Desde muy joven trabajó en los juzgados, en los que llegaría a ser Secretario Habilitado. Políticamente seguidor y con cargos en las filas juveniles del Partido Republicano Radical, de Alejandro Lerroux, a partir de la llegada de la II República, comenzó a simpatizar con el Partido Comunista, quizá influenciado por su entorno profesional y su amigo, el abogado Luis Escobio Andraca, hermano del Secretario General del PC en Cantabria, Ángel. Acabó afiliándose en abril de 1937. Combatió en el frente, alcanzando, según Miguel Ángel Solla en Días de fuego y sangre. La batalla de Santander, el grado de capitán ayudante y segundo jefe del Primer Batallón del Regimiento Lenin, como se puede ver en el cuadro que adjunto, procedente de su libro.
A la caída de Santander marchó a Asturias y luego a Francia para regresar a España por Cataluña. Se incorporó al puesto de juez, cuyas oposiciones había aprobado unos años antes tras estudiar leyes, en la localidad de Elche. A la caída de Alicante embarca en el Stanbrook, con destino a Orán. Adjunto un enlace sobre este viaje y su réplica setenta y cinco años después: https://guerinc.wordpress.com/En España quedaban su mujer, Raquel Mira Marañón, y su hijo Guillermo Yankel. En 1947 ella logra recuperar la ciudadanía argentina, país en el que había nacido, y comienza un largo peregrinaje por oficinas de la burocracia franquista para poder salir de España tras asegurar que no sabe nada de su marido desde 1939. Al año siguiente se marcha a Orán para reunirse con su marido, dejando a su hijo de 15 años en Santander con la familia. En Orán nacerá en 1950 su hija Amaya, como la hija de La Pasionaria. Madre e hija regresan a España en 1955 y en mayo de 1957 lo hace Apolo, que se reúne con su hijo después de 18 años sin verse. No le fueron reconocidos sus derechos como funcionario judicial y tuvo que incorporarse a la empresa de la familia Mira, una empresa de la que los santanderinos de mi generación guardamos un dulce recuerdo, La Raquel, en la que se fabricaban los famosos caramelos, pero también grageas, bombones, "pastillas de café y leche" y, cuando llegaba la Navidad, turrones.
Para saber más de esta familia adjunto enlace con un artículo de José Ramón Sáiz Viadero: https://eldiariocantabria.publico.es/opinion/jose-ramon-saiz-viadero/memoria-evanescente-ix-barrio-mira-retrato-familia-obligada-exilio/20200628130306078211.html.
Apolo no pudo disfrutat mucho tiempo la vida en familia, ya que falleció cuatro años después de su regreso.
APOLO BARRIO Y RAQUEL MIRA |